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Mostrando las entradas con la etiqueta #cuentos

EL IDIOMA DE UN JUDIO.

EL IDIOMA DE UN JUDIO. El anciano Asaf Ben Amir tenía una pequeña zapatera donde resucitaba el calzado de todos los pobladores de mi pueblo, parecía hacer magia con los trastes de cuero sintético o real, que por tanto trajinar se convertían prácticamente en desecho. A mi me encantaba visitar el pequeño negocio cada cuanto mis zapatos perdían la zuela por tanto correr sobre la superficie rustica del patio de mi casa, aquel lugar me parecía maravilloso. Para mi el señor Asaf había sido viejo desde siempre. Cierto por la imprudencia que es intrínseca a la adolescencia, le pregunté donde había nacido. Recuerdo que me respondió sin perder la concentración en el tejido de unos zapatos de gala que parecían de una fina marca. —Al otro lado del mar, allí nací yo. Intrigado por saber le pedí que me contara como era allá del otro la del mar, quise saber si hablaban otro idioma. —Hablan igual que aquí —me dijo. —Y... ¿es bonito donde usted nació? Dejó de cocer y se ajustó los grandes lentes que se

EL PUEBLO DE LOS DISCAPACITADOS.

  EL PUEBLO DE LOS DISCAPACITADOS. El teniente Manuel Jurado vivía al margen del conglomerado del pueblo, era alto y fornido. Se vestía con trapos que dudosamente habían sido lavados en lo prudencial entre postura y postura, siempre cabizbajo apoyándose de un bastón de roble bien pulido que un antiguo amigo suyo le había regalado para que le sirviera de guía ante su ceguera. Había perdido casi en su totalidad la visión y escuchaba casi que por misericordia del cielo. El origen de su desgracia aconteció cuando una granada le explotó a corta distancia en el ataque sangriento al destacamento de Cararabo, en el estado Apure, convirtiéndolo en un hombre liciado y solitario. Su único amigo era Joaquín D'Freitas, un joven de origen portugués aficionado al ciclismo y que por razones del buen corazón que tenía, había creado una empatia con el solitario soldado. Le llevaba comida a las doce del día religiosamente, y algunos domingos se lo llevaba a su casa siempre y cuando se duchara, y se c

EL ALGODÓN NO ES DE AZÚCAR

 EL ALGODÓN NO ES DE AZÚCAR. Inocencio Maestre era un joven nacido en el pequeño pueblo de Cabruta, a quien sus padres se lo llevaron a los escasos tres años de edad a la gran Caracas. Convertido en un adulto falto de madurez para su edad, viajó a visitar algunos parientes en el pequeño pueblo, nunca había salido de la ciudad de los techos rojos. Su vida había rondado en la burbuja capitalina, por esa razón desconocía la naturaleza de algunas cosa que en la ciudad eran desabridas o sintéticas, pescados enlatados, frutas congeladas y plantas artificiales para adornar interiores. Cierto domingo por la mañana, su abuelo lo llevó al sembradio de algodón, emocionado por degustar su paladar con la golosina que el conocía, tomó una de las motas y se la llevó a la boca, escupiendola de insofacto. —Que sabor tan raro tiene este algodón —dijo quitándose las peluzas de la lengua con los dedos. —Eso no se come —gruñó el abuelo. Atónito se quedó Inocencio Maestre, surgiendo en ese instante un confl

RELATO: "LA PLAGA DE LOS MARTÍNEZ"

       LA PLAGA DE LOS MARTÍNEZ. Eran tierras productivas, cualquiera que las veía se paraba a divisar las casi seiscientas leguas llenas de clorofila esperanza; que traían consigo las jóvenes matas de maíz, en cada muñón de mazorca con barbas tiernas entre un blanco gris combinado con un rosado diamante; también se apreciaba las armadas enredaderas de las frondosas leguminosas, y expresaban al continuar la marcha: “el que trabaja con los Martínez no se muere de hambre”. Así   era   la hacienda “Luz de Martínez” en honor a la matrona y esposa del dueño, el señor Marco Aurelio Martínez; hombre que tenía una extraña combinación en su comportamiento. Era muy tosco en su trato, y también tornado hacia lo vulgar; pero muy ostentoso al momento de adquirir bienes materiales, todos los años renovaba una flota de 10 camiones que estaban al servicio de la hacienda, y ni mencionar su carro personal; para cada cumpleaños se auto-regalaba el modelo del año, lo mismo tenia de costumbre para con su

LOS CUATRO CIMARRONES II PARTE

  Jadeante venia llegando Pedro José con una noticia un tanto incomoda –primo me avisaron que el encargado del hato la golondrinas, dió aviso de que todos los ganaderos de la zona; tenemos que entregar el queso a una fundación del gobierno para que ellos lo vendan en una feria popular. -yo no creo primo que eso sea así, imagino de ser así el precio al querrán pagarnos –intervino Mariano mostrando su disgusto por la noticia. -¿pagarnos? –Preguntó Pedro José haciendo una mueca en la boca, y frunciendo el ceño –eso costos del gobierno no se les puede llamar ni precio.   A la reunión se le agrega el viejo Genaro, un hombre de poca letra; muy golpeado por los años su doblada figura lo demostraba. Un hombre que a pesar de su vasta experiencia, parecía que su vejez había mermado su entusiasmo y su deseo de lucha. -¿cómo están los señores?-saluda apoyándose en su bastón brillante de araguaney. -estamos bien, gracias a Dios -responden a una voz -pase y siéntese. -dirán ustedes que soy bien safr

LOS CUATRO CIMARRONES

                      LOS CUATRO CIMARRONES Típico atardecer el en llano, el sol rojizo como si lanzara destellos de sangre, el bramar de vacunos, el silbido de un llanero que se pierde hacia la calceta. Los pericos revolotean de un lado a otro con un alboroto como si se viniera acabando el mundo; los guineos con su negativo canto le dan un toque de tristeza al ocaso. Un niño amontona la bosta recién traída del corral, para ahuyentar con el sorbo del humo de la bosta encendida a la soberbia plaga; que ataca sin clemencia durante la noche. Por el camino del morichal viene cantando un pasaje, en cuya letra se recuerda a un amor tormentoso del pasado; Mariano Antonio Medina dueño del fundo los cuatro cimarrones, herencia que le perteneció a su abuelo un viejo general de la época de Gómez. -¿ya tienes listo el café maría? –pregunta a la mujer de hermosa estampa quien era su esposa. -y me quedó fuerte, como a ti te gusta- responde desde su cocina con una evidente sonrisa de complacencia par

CARTA PARA UN DECAÍDO

  CARTA PARA UN DECAÍDO Deja de mirar la vida con ojos tristes, limpia las lágrimas que dan muestra de tu sufrimiento; basta tan solo una sonrisa para cortar el largo hilo de la nostalgia. Mírate a ti mismo, piénsate como un héroe, hazte un coloso de tu decaída figura; no eres como te miran, eres cómo te sientes. Piénsate en poco y restaras valor a la hermosa creación que Dios te ha dado, ¿porque llorar por la simple brizna que un tormentoso viento ha traído a tu presencia? Levanta tu rostro, mide con el cordel de tu constancia, los pequeños logros que sumados en pequeñas cuencas forman un río de felicidad. Sacude de ti, el sucio polvo de la miseria; ¿porque recoger desechos de negros recuerdos que empañan el cristal de la visión en la carretera del de venir? ¿Por qué anhelar sembrar lo que se quiso ir? No puedes obligar a las plantas nómadas a quedarse, pero si puedes preparar la tierra que pisan tus pies y plantar nuevas semillas que se queden en tus predios, pon tu confianza el

ZAQUEO, BUSQUEDA Y CAMBIO. BASADO EN LUCAS CAP. 19

                                    ZAQUEO, BUSQUEDA Y CAMBIO. Me encontraba sentado sobre mi sofá de madera importada, en la sala de mi casa; pensaba en las tantas riquezas que he acumulado; al mismo paso que mis posesiones crecían, también crecían mis enemigos. No soy un experto economista, tampoco un emprendedor exitoso, ni mucho menos un empresario; solo soy el jefe de los servicios tributarios de la ciudad, por eso la gente me odia porque del trabajo de sus manos sale mi ganancia. Pero ya nada de lo que estaba haciendo por muy lucrativo que fuese no me llenaba; quería algo diferente, es más estaba casi seguro que no quería seguir disfrutando de la negra alegría del dinero obtenido fácilmente. No había sido un hombre muy creyente; pero vaya que ese hombre llamado Jesús había llamado mi atención; recuerdo el día que vino a mi ciudad. Las avenidas estaban colapsadas; parecía una fecha de temporada alta, los carteles invadían los postes, las emisoras anunciaban que Jesús de Nazare

II PARTE. LOS CONSEJOS DE RAFAEL

                                          LOS CONSEJOS DE RAFAEL. Como les he contado siempre gozo de los consejos del viejo Rafael, a veces me sale gruñón y me dice: -         -   Tanto que te aconsejo y nunca aprendes- pero siempre termina sentándose en su viejo sillón de caoba y empieza su recitar. -         -   Aprende decir que no, con una fina prudencia; pues si eres muy complaciente arruinaras tu conciencia. -         .   A todo el que llegue y toque no vayas a abrir la puerta, cierto; la apariencia engaña pero es mejor la cautela. -          -    Cuando tengas un problema, no pidas a Dios paciencia; pide mejor solución y entrega en Él tu querella. -         -   He visto hombres de papel con mujeres de tijeras, también mujeres de estopa con maridos de candela; el maltrato en el hogar destruye las fortalezas. -         -   He visto que lo   común es tomado como regla, es común ser liberal no hagas que eso se te adhiera. -          -  La hipocresía es doble cara, c

REFLEXIÓN: CUANTO TIENES, CUANTO VALES.

             CUANTO TIENES, CUANTO VALES. Pregunté a mi padre un día -         -   Porque la gente repite ese dicho popular, de que cuanto tienes, cuánto vales? -         -   Hijo ese es un dicho muy mal dicho, la gente confunde fácilmente las cosas humildad con pobreza, imprudencia con sinceridad, usura con ganancia, inteligencia con violencia, carácter con maltrato verbal. Esto lo decía mi padre mientras mostraba una calma, que contagiaba no solo con su expresión física; sino también en cada palabra que articulaba. Y continuó dándome una respuesta que despejo por completo la duda central que yo tenía sobre ese dicho; la cual la relación de valor y costo en una persona. -         -   Ciertamente hijo esta sería la gran diferencia, el costo no es más que una cantidad monetaria que se le coloca a un objeto o ser viviente, para la época de la esclavitud; la servidumbre tenía un costo de acuerdo a las características física

LA MOSCA Y EL ÁGUILA.

               LA MOSCA Y EL ÁGUILA. Cierta mosca se encontraba posando sobre los restos de un búfalo, era un día bastante soleado por lo general muy   tranquilo como los demás días en la pradera. Concentrada la ingenua mosca en sus qué haceres sobre   los restos mortales; oyó a lo lejos el sonido de un águila, observó un movimiento entre unas hojas secas. -         -   Que será lo que hay allí? dijo la mosca dentro de sí. Sigilosamente se cambió de lugar, ya que había tenido un altercado reciente con el camaleón; y estaba traumada por el incidente. El   extraño movimiento lo hacia la serpiente, quien sagazmente se ocultaba debajo de las hojas, como si tuviese huyendo. -          -  Que tienes? Pregunta la mosca preocupada. A lo que la serpiente responde. -        -    Shiii, has silencio. -        -    Porque tengo que hacer silencio? -         -   Porque si el águila sabe que estoy aquí vendrá y me comerá. Esto se hizo preocupante para la mosca ingenua, y empezó a