CUANTO
TIENES, CUANTO VALES.
Pregunté a mi padre un día
- - Porque la gente repite ese dicho popular, de que
cuanto tienes, cuánto vales?
- - Hijo ese es un dicho muy mal dicho, la gente
confunde fácilmente las cosas humildad con pobreza, imprudencia con sinceridad,
usura con ganancia, inteligencia con violencia, carácter con maltrato verbal.
Esto lo decía mi padre mientras
mostraba una calma, que contagiaba no solo con su expresión física; sino también
en cada palabra que articulaba. Y continuó dándome una respuesta que despejo
por completo la duda central que yo tenía sobre ese dicho; la cual la relación de
valor y costo en una persona.
- - Ciertamente hijo esta sería la gran diferencia,
el costo no es más que una cantidad monetaria que se le coloca a un objeto o
ser viviente, para la época de la esclavitud; la servidumbre tenía un costo de
acuerdo a las características físicas que el comprador buscaba. Era común vender
a los seres humanos, así lo relata la historia; ahora presta atención porque más
importante que el costo, es el valor. El valor en los objetos nace cuando creas
una afinidad sentimental con él, es decir; puedes comprarte un anillo de oro de
un alto costo, pero al hacerlo parte de ti, no lo vas a querer ni por el oro ni
por el costo; sino por el valor que le has dado. En los seres humanos el valor,
lo representa las cualidades que el posee, no es por lo material que tengas en
tu poder; sino por las cosas que no se pueden ver y que llevan dentro.
Aprendí entonces, que el costo
representa una cantidad impuesta, el valor una cualidad que nace o se posee. Allí
la gran diferencia.
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