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El autor detras del libro.

  Carlos Aponte es mi nombre, soy el autor de una novela a punto de lanzamiento (Las ruinas de Venecia). Me considero un amante de mis raices criollas, por ese motivo siento que el salir de Venezuela me ha marcado de tal manera, que esta novela y las que vendrán tendran ese toque de lamento por el desarraigo, de resiliencia y anhelo por las cosas que se desean volver a ver y a sentir. Con este primer libro espero  con la ayuda de Dios, llegue a los rincones del mundo donde haya un lector sediento.  #libro #novedadesliterarias #novelasocial #novelashistóricas #escritoresvenezolanos #escrbir #literaturaespañola

El año del espanto en mi pueblo

  La sayona de mi pueblo. Despojadas las calles de asfalto, agrietadas por las intensas lluvias que bañaban al pequeño poblado; donde la única diversión eran las riñas de gallo cada fin de semana. Una vieja chalana que servía de comunicación con el estado vecino, mi pueblo era tan tranquilo que faltaba motivo alguno para estimular su existencia. Los ancianos se reunían en la plaza, a contar historias difíciles de creer; sobre el caimán patrullero y cosas de dudable existencia.  La tranquilidad de mi pueblo se desmoronó con una aparición que estremeció a los habitantes a tal punto que las noches ya no eran iguales, los dueños de gallos y galleras, cesaban sus actividades temprano. Cachalote el único ladrón del lugar, había dejado sus actividades nocturnas, y se había metido a pescador; por temor a la nueva aparición. Quienes habían avistado al espectro, lo describían como "infernal" Desde el primero de diciembre de ese nefasto año, una aberración terrorífica empezó a sembrar t

El ciclo de los ánimos.

EL CICLO DE LOS ÁNIMOS. En la plaza de la vida se juntaron los ánimos, el ánimo de reír, el ánimo de estar triste, el ánimo de levantarse, el ánimo de caer, el ánimo de emprender, el ánimo de no hacer, el ánimo de vivir y el ánimo de morir. Dijo el ánimo de reír: la vida es una sonrisa constante sobre lo negro sobre lo blanco, sobre lo dulce sobre lo amargo. ¿Imaginan la vida sin la risa? ¿Cuál sería la reacción al recibir un abrazo? ¿Cuál sería la respuesta al lograr una conquista? ¿Imaginan la vida sino hubiera risa?. Con mirada turbia bañada en ceniza, el ánimo de estar triste suprimió a la risa: tu piensas que todo circunda en mera alegría; ¿pero que alegría hay si el mundo a diario se fractura en trizas?, dime la alegría que hay en la guerra, ese mundo infame en dónde los hombres mueren por soberbia. Dime la alegría que da la miseria, yo creo que es la misma que da la tragedia de ser tan hipócritas apoyando ideas de muertes ajenas. No veo el motivo de vivir alegre con tantos dilem

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Frases

 

Canto a la ciudad jardín.

 Siento una nostalgia por querer volver a tocar las flores del jardín aquel; ciudad de colores, ciudad de jardín de matiz de miel, sentir al castaño al atardecer. Esa Maracaya que eriza la piel, ese hermoso valle es testigo fiel de la gran pujanza de gente de bien, esa que sonríe; que se hace querer. A ti Maracay quisiera volver, quiero darte un beso, quisiera abrazarte ir a refugiarme al Henrry Pittier; y cuando el calor agobie mi ser en la costa de oro mitigar mi sed.  Quiero verte hermosa, verte florecer; manos desalmadas han cortado rosas, te han echo llover años de tristeza que arrugan tu tes; pero como planta que se ha renegado para perecer, cuando apunta el sol de la calidez, vas a relucir más bella que ayer. Súbitos aviones surcaran tu cielo y con su revuelo van a hacer saber, que la Maracaya a vuelto a nacer.

MALA-RES Y LA ESTRELLA DE BELÉN

                                        Malares y la estrella de Belén Un mango cayó sobre la cabeza de Malares, se había comido cuatro; pero el color amarillo dorado de esa fruta se veía tan, pero tan provocativa que recogió   un puñado de piedras para tumbarla de su gajo. -¡Camilo Ernesto! Gritó su madre desde el viejo rancho de palmas, típico que si su madre lo llamaba por su nombre completo ya Malares sabía que había un inconveniente por arreglar. Corriendo como el viento se presenta para ponerse a la orden y así limar cualquier aspereza. -¿Dónde está el pabilo para amarrar las hallacas? Donde tú me lo hayas agarrado para hacer papagayos, no voy a hacer ninguna cena de navidad -dijo su madre con manos en la cintura y cara de pocos amigos. -Mami por lo más sagrado que tengo que eres tú, yo solo lo agarre para guardarlo; porque el gallo pinto lo tumbo de la mesa. Eso dijo Malares, lamentando que su plan se había frustrado. Martin su padre los había dejado a él y a su ma