LOS NOMBRES DEL MONSTRUO.
A sus cortos doce años Jonás sostenia una frígida discusión con su amigo Martín quien afirmaba que el coco era real, Jonas le aseguraba que si existía un monstruo, pero no se llamaba coco y que no se escondía debajo de la cama de los niños, que escogía ciertos hogares para vivir, y tenía varios nombres. Era como si su superpoder era el de camuflarse según la persona que lo tratase. En eso por lo menos los dos estuvieron de acuerdo.
Martín dijo que al monstruo de su casa le gustaba comer no de la basura, sino buena comida, la que casi siempre su madre debía conseguir a costa de lo que fuese, y de esa manera evitar que el monstruo la devorara. Solía desaparecer los fines de semana, decía que debía ir al pantano para alimentarse de sanguijuelas unico alimento extraño que le hacia recuperar fuerzas. Así volvía cada lunes con un aroma a pudredumbre, se metía en el baño y bajo amenaza sometía a la madre de Martín para que lo dejara entrar con él, le pasaba seguro a la puerta y pedía no ser molestado. Martín le llamaba coco; ya que sentía que decir su verdadero nombre, le daba mayor poder.
Jonás por su lado relató que el monstruo de su casa tenía dos cabezas, una con aspecto de hombre de las cavernas cuyo lenguaje era de un hombre culto, y se mostraba amoroso, apacible delante de la gente. No visitaba ningún pantano, al contrario, siempre andaba impecable y con buen aroma. La otra cabeza del monstruo tenía aspecto femenino, de una tristeza infinita combinada con una sumisión impoluta, incapaz de refutar las decisiones de la otra cabeza. A veces el monstruo se dividía un cuerpo para cada cabeza, se sentaban con el a la mesa, lo llevaban a la escuela, al supermercado y le restringian categóricamente el trato con compañeros de la escuela solo lo elemental. Y lo amenazaban con comerselo si revelaba a alguien el juego secreto que jugaban en el cuarto.
Los dos niños cortaron su tertulia al ser destapados por el forense, quien con mucho pesar iba a comenzar su trabajo.
Comentarios
Publicar un comentario
Coméntame tu opinión es importante, espero que te guste lo que escribo.